Rodilleras

Una rodillera proporciona apoyo y alivio en caso de dolor de rodilla, artrosis o después de una operación. También puede usarse de manera preventiva si tienes tendencia a sentir molestias durante la actividad o bajo carga.

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Alivio y soporte para tu rodilla

La rodilla es la articulación más grande del cuerpo y dependemos en gran medida de que funcione correctamente para poder caminar sin dificultad. Existen muchas causas por las que las rodillas pueden desgastarse, siendo una de las principales el desgaste natural asociado a la edad, como la artrosis. Disponemos de una variedad de rodilleras especialmente diseñadas para artrosis que alivian el dolor y mejoran la estabilidad al caminar.

Otra causa frecuente son las lesiones en ligamentos, meniscos, fracturas óseas, lesiones en los ligamentos cruzados u otras formas de sobrecarga en la rodilla.

Tras una operación, la rodilla es más vulnerable y necesita descanso y apoyo para recuperarse adecuadamente. En estos casos, una rodillera con férula o un soporte rígido resulta sumamente eficaz. Este tipo de rodillera mantiene la rodilla en la posición adecuada y ayuda a prevenir movimientos no deseados. A medida que avances en la recuperación, puedes optar por modelos más flexibles o elásticos que acompañen el proceso de sanación.

Encontrarás muchos tipos diferentes de rodilleras: desde modelos pequeños y elásticos hasta grandes y rígidos con férulas. La mayoría están listas para usar cuando las compras, aunque algunas requieren cierto ajuste para adaptarse de forma perfecta y cómoda.

¿Cómo ayuda una rodillera?

La rodillera es una ayuda eficaz para brindar soporte y protección a la rodilla, sobre todo ante lesiones o sobrecargas. Su función principal es estabilizar la articulación, limitando movimientos involuntarios y evitando que la lesión empeore.

Además, puede reducir la hinchazón aportando una leve compresión que estimula la circulación y favorece la eliminación de líquidos retenidos. También sirve como recordatorio físico para evitar movimientos bruscos, ayudando a prevenir nuevas lesiones. En resumen, la rodillera incrementa la comodidad y la funcionalidad de tu rodilla, acelerando la recuperación ante cualquier lesión.

Problemas comunes en la rodilla:

  • Lesiones de menisco: suelen ocurrir al girar la rodilla mientras está doblada. Dependiendo de la gravedad pueden requerir cirugía, aunque en muchos casos una rodillera adecuada es suficiente para la recuperación.
  • Lesiones en ligamentos: la rodilla cuenta con ligamentos internos y externos que pueden rasgarse parcial o totalmente tras un accidente. En estos casos es imprescindible mantener reposo y brindar buen soporte con una rodillera.
  • Lesión del ligamento cruzado: cuando la lesión es grave, suele requerir cirugía, una rehabilitación específica y soporte adicional con rodillera.
  • Artrosis en la rodilla: esta condición ocurre cuando el cartílago natural entre las articulaciones desaparece. Si sufres de artrosis, una rodillera de soporte puede aliviar el dolor y ayudarte a mantener tu movilidad.

No todas las lesiones deben ser graves o necesitar cirugía. Un sobreesfuerzo o una leve torcedura pueden provocar dolores intensos, y en estos casos, una rodillera suele ser de gran ayuda para aliviar las molestias y acelerar la mejoría.

¿Cómo elegir la rodillera ideal?

Si has sufrido una lesión en la rodilla, es muy recomendable consultar primero con tu médico o fisioterapeuta. Así recibirás orientación profesional y elegirás la rodillera que mejor se adapte a tus necesidades reales.

En Seniorshop encontrarás distintas clases de rodilleras y soportes. Si tienes dudas sobre cuál elegir, aquí te presentamos una breve guía sobre los modelos más habituales:

  • Rodilleras suaves y elásticas: son ligeras, cómodas y sencillas de colocar. Aportan compresión y alivio en casos de molestias leves, al tiempo que su efecto térmico ayuda a calmar músculos y articulaciones. Ejemplo: nuestra rodillera elástica de lana o soporte de Bamboo.
  • Rodilleras rígidas con férulas o bisagras: brindan máxima estabilidad y se usan para problemas más complejos o en el postoperatorio. Mantienen la rodilla en la postura adecuada cada vez que se flexiona, favoreciendo una recuperación correcta y rápida. Cuanto más rígida sea la rodillera, menor movilidad permitirá en la articulación.
  • Rodilleras con orificio patelar: la mayoría de nuestras rodilleras cuentan con un orificio para aliviar la presión en la rótula. Son ideales si buscas buen soporte sin ejercer presión sobre la articulación y quieres liberar la rótula.

En la ficha de cada producto encontrarás información sobre para qué dolencias se recomienda cada rodillera.

Cómo debe quedarte la rodillera

Procura que el ajuste de tu rodillera sea el correcto para garantizar el mejor apoyo posible. No debe quedar ni demasiado apretada ni floja: si aprieta en exceso, puede dificultar la circulación, y si queda floja, perderá su función. Debe quedar ceñida y ofrecer una compresión confortable, sin molestias ni presión excesiva. La mayoría de los modelos permiten ajustarse para conseguir el confort óptimo.